CULPAS Y CULPABLES

Parecía ser un día normal, salí de mi casa y fui a patinar por la tarde, como de costumbre. Entonces, como no tengo tabla, pedí una prestada a un chico que andaba patinando por ahí. La verdad andaba que no cabía en mi, traía unas locas ganas de patinar. Tan pronto tuve la tabla en mis manos (y pies) me lance a patinar a lo pendejo, por que para colmo ni siquiera se hacerlo bien. Entonces debido a mi irrebatible falta de equilibrio caí al suelo. Hasta ese momento todo parecía normal, siempre me caigo de la tabla, es parte de lo divertido. Lo que ya no me gusto fue que de repente, de la nada estaba rodeada de gente. Es increble la rapida reacción de la gente ante la desgracia de otros y lo excitante que llega a ser el morbo. Pero yo seguía sin darme cuenta que onda. Hasta que alguien dijo -no te muevas-. Entonces lo vi... mi codo derecho se había salido por completo de su órbita, y estaba del lado contrario al que debía de estar.

Desde ese día hasta la fecha pase por hueseros, quiroprácticos y traumatologos, (respectivamente para mi desgracia, una prueba irrefutable del tipo de atención más eficaz en estos casos).

Lógicamente en todo este tiempo, mi mamá no ha dejado de reprocharme por lo que me paso, y el resto de la familia no ha dejado de reprocharle a ella el hecho de que me halla llevado a un huesero en vez de acudir desde el principio con un medico profesional. Y así se armo un enjambre de culpas y culpables, de tal suerte que a una semana de mi trágico accidente yo seguía con un hueso de un lado y el otro por otro y nadie había hecho lo suficiente para remediarlo, ni siquiera yo, que pareciera que la invalidez de mi brazo me quito la facultad de decidir sobre mi misma. Ni hablar, es lo malo de ser yo y no poder estar nunca quieta.

Finalmente, siete días después del accidente mi tía tuvo la piedad de llevarme con un amigo suyo, especialista en traumatología y ortopedia a quien le agradezco por haberme operado sin cobrar ni un centavo. Él mismo doctor dijo que de haberme atendido de la manera adecuada desde el principio, ni siquiera tendría que usar medio yeso y me hubiese evitado tanto sufrimiento y dolor, tantos gritos y llantos, tantos gastos y dolores de cabeza... y de repente comprendí: "NO SE TRATA DEL ACCIDENTE EN SI, NI DE QUIEN O QUIENES SON LOS RESPONSABLES, SINO DE LA CAPACIDAD Y RAPIDEZ CON QUE SE RESUELVE".

Principio básico que sin embargo solemos olvidar cuando más se necesita. Ante un accidente o emergencia de cualquier magnitud, por pequeña o grande que sea, las personas gastamos mucho tiempo y energías en buscar culpables y evadir culpas, mismo que deberíamos gastar en buscar una solución rápida que evite que se agrande el problema.

Esto me recuerda la Odisea de Omero, en la literatura griega. Odiseo se diferencia de Perseo, Morfeo, Hércules y demás héroes griegos no solo por que es el único completamente humano, sino por que además tiene una inteligencia fascinante, de esa que tan solo por tenerla ya triunfo en todo lo que haga. Esto es porque tiene la capacidad de resolver las cosas rápido, bien, con mucho ingenio y ademas con una compleja plantación. Pocas personas han sido benditas con este don, el resto suele estancarse en buscar la razón, a los culpables y clásico "lo que se hubiera hecho para evitar el problema". A mi en lo personal me hubiese encantado tener a una de los portadores de esa inteligencia cerca de mi, y quizá así no tuviera que estar el resto de mis vacaciones guardando reposo, pero mi mamá tubo la culpa por haberme llevado con ese huesero...